Del turco kahve, el café se popularizó en el mundo árabe por ser una bebida estimulante permitida por los religiosos. Con el paso del tiempo, viaja a toda Europa, específicamente a países como España, y gracias a nuestros conquistadores, llega finalmente a Venezuela como contrabando desde Martinica en 1730 para así ser sembrado por misiones españoles asentadas en la cuenca del Río Caroní. Aunque en 1740 llega a la Gobernación de Caracas, fue en 1784 cuando se hizo la primera plantación de café en los jardines de la aldea de Chacao.

Así fue como poco a poco el café desplazó al cacao como el principal rubro de exportación de la economía venezolana en la época. El versátil grano continuó avanzando hacia el occidente del país, encontrando condiciones ideales en Los Andes Venezolanos y sus estados montañosos de Táchira, Mérida y Trujillo. De allí se define nuestro nombre: Paramo.